
El hecho de compartir el evangelio con otras personas es una responsabilidad y a su vez un privilegio que todo creyente comprometido debería asumir. La Biblia nos ofrece la instrucciones claras y acertadas sobre el método o los pasos que debemos de seguir para hacerlo correctamente.
La mejor forma de compartir el evangelio es haciéndolo de forma afectiva, personal y amorosa.
En las siguientes líneas de esta publicación te compartiré valiosas instrucciones basadas en la Biblia para que puedas compartir el evangelio con las personas de tu entorno.
6 Recomendaciones para compartir el evangelio con otras personas.
1. Vive el evangelio.
Antes de pretender compartir el mensaje del evangelio con alguien más, es esencial y necesario que tengas pleno conocimiento y comprensión del mismo. El evangelio más allá de comprenderlo, es necesario vivirlo. Si vamos a predicar el mensaje del evangelio, es necesario que el mismo ya forme parte de nuestra vida cotidiana.
Debes de comprender que el evangelio no es cualquier cosa, es el poder de Dios para salvación que actúa a favor de la humanidad (Cf. Romanos 1:16). Así que tu vida debe de reflejar que el evangelio ha traído cambios importantes y salvación a tu vida.
2. Comparte el evangelio con amor y respeto.
Al compartir el evangelio con las demás personas es necesario ser cuidadosos con nuestra actitud. Nuestra actitud debe de manifestar el amor de Dios en nosotros y hacia los demás, también debe de ser respetuosa, ya que de ese modo las personas notarán que legítimamente les apreciamos.
La principal virtud de compartir el evangelio con las demás personas, es reconocer que la acción es sí misma es un acto de amor puro. Amamos a esa persona, y estamos interesados en el futuro eterno de su alma.
La Biblia nos exhorta a estar siempre preparados para responder a las personas que pidan la razón de nuestra esperanza eterna, pero hay que hacerlo con gentileza y respeto (Cf. 1 Pedro 3:15)
3. Orar por quienes nos escucharán.
La predicación del evangelio es una actividad de carácter espiritual, por lo tanto la oración no puede quedar fuera de ecuación. Debemos de ser conscientes de que la oración es fundamental en la evangelización.
Por lo que es necesario que oremos a Dios para que nos guíe y así mismo prepare los corazones de aquellas personas con la vamos a compartir el evangelio. La oración formó parte importante del trabajo de evangelismo en la Iglesia primitiva, así que para nosotros tampoco debería de ser diferente (Colosenses 4:3).
4. Compartir nuestro testimonio personal.
Otra forma efectiva de compartir el evangelio con las personas es tratar de usar nuestro testimonio personal como evidencia de lo que Dios ha hecho en nosotros.
Una forma orgánico de hacerlo es tratar de identificar las necesidades de la persona a la que le estamos compartiendo el mensaje y testificar de la forma en que Dios nos ha ayudado o a ayudado a alguien más en circunstancias similares.
En algunos casos es necesario hacer del conocimiento de la persona a la que le estamos predicando, la forma en la que Dios ha transformado nuestra vida.
Jesús en ocasiones recomendó este método de evangelismo a las personas a las cuales les había hecho bienes. Les dijo que fueran y compartieran con los demás las cosas que Dios había hecho con ellos (Marcos 5:19; Mateo 8:4; Marcos 1:44).
5. Cree en el poder del Espíritu Santo.
La labor del evangelismo, no es algo que se hace en nuestras propias fuerzas humanas. Dios nos prometió que nos capacitaría, que nos guiaría en esta honorable tarea y nos impartiría poder para hacerlo por medio del Espíritu Santo (Hechos 1:8).
Nuestra labor es que la gente escuche el mensaje del evangelio, el Espíritu Santo es quien se encargará de convencer a los oyentes (Juan 16:7–8).
6. Ser pacientes y perseverantes.
La tarea de compartir con el evangelio con otras personas es algo que requiere de mucha paciencia y perseverancia. Es importante ser conscientes de que no todas las personas responderán positivamente al mensaje del evangelio. Nuestra labor es sembrar la semilla del evangelio en sus corazones y dependerá de ellos y su recepción al evangelio que esa semilla dependerá fruto (Mateo 13:18-23).
Ya que nos hemos identificado con la misión que Dios nos encomendó (Mateo 28:18-29), es importante continuar con la labor de la predicación y no cansarnos de hacer lo que es correcto, ya que nuestro trabajo rendirá frutos, si no nos damos por vencidos (Gálatas 6:9).
Conclusión final.
El seguir las recomendaciones para compartir el evangelio de forma efectiva con las personas, te hará ver los frutos del trabajo que estás haciendo para el Señor. Es crucial dejarse guiar por las enseñanzas de la Escritura y la guía del Espíritu Santo, hacerlo así, nos garantizará la presencia y el respaldo de Dios en lo que estamos haciendo.
Gracias por llegar al final de esta publicación, te animo a dejar tu comentario. Te estaré leyendo y respondiendo. Puedes leer mi publicación anterior en el siguiente enlace: La importancia de la oración según la Biblia.
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Teólogo, escritor y erudito biblista ampliamente comprometido con la verdad. Fundador y Webmaster de la plataforma digital: Pura Biblia.
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