
Podemos ver que la Biblia nos dice que somos embajadores de Cristo, y en esta publicación vamos a escudriñar la Escritura para ver qué significa el hecho de que somos embajadores de Cristo a la luz del propio contexto bíblico.
2 Corintios 5:20 nos dice lo siguiente:
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: reconciliaos con Dios.
2 Corintios 5:20
Esta expresión bíblica de que somos embajadores de Cristo no es un figura simbólica, sino que se trata de una verdad que debe de definir nuestra identidad propósito terrenal como creyentes. A partir del significa propio de la palabra embajador podemos inferir en que ser embajadores de Cristo significa que somos representantes de Jesús ante un mundo que está necesitando reconciliarse con su Creador.
Ser embajadores de Cristo, es tener la conciencia de que al dar el sí a Jesús, ya no pertenecemos al sistema de este mundo, sino que pertenecemos al Reino de los cielos.
Nuestra misión como representantes del Reino de Dios en la tierra.
En la práctica, un embajador es quien ejerce como el representante de una nación en tierra extranjera. El deber del embajador es representar y reflejar fielmente los valores, principios, costumbre y cultura del país al que está representado.
Así como un embajador en la vida secular tiene tal desempeño y responsabilidad, ser embajadores de Cristo significa que debemos de representar los valores, principios, cultura y mensaje del Reino de los cielos.
Ser embajadores de Cristo significa que cada palabra, acción y decisión deben de reflejar el carácter de Cristo, ya que de ese modo estamos haciendo una fiel representación del reino de Dios. No debemos de hablar o actuar alocadamente para nuestros propios fines, sino que debemos de hacerlo en el nombre del Dios que nos envió. Jesús dijo lo siguiente:
Como el Padre me envió, así también yo os envío a vosotros.
Juan 20:21
Por tanto, nuestra vida debe ser una extensión del amor, justicia y gracia de Jesús hacia los demás.
Nuestro mensaje como embajadores de Cristo.
Dios ha confiado un mensaje a su iglesia, y ese mensaje es el mensaje de la reconciliación entre Dios y sus criaturas. En 2 Corintios 5:18 leemos lo siguiente:
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación.
2 Corintios 5:18
El embajador de Cristo tiene la responsabilidad moral y espiritual de invitar a las personas a volver su corazón a Dios. La tarea o misión del embajador de Cristo no es condenar, sino hacer saber a la gente su necesidad de Dios. Cuando nuestra forma de vida se caracteriza por la compasión, el perdón, servicio y la predicación del Evangelio, estamos cumpliendo con el propósito por el cual fuimos nombrados Embajadores de Cristo.
Tener el privilegio de ser nombrados embajadores de Cristo no significa un título vacío para satisfacer nuestro ego, sino que se trata de una misión que Dios nos ha delegado como su pueblo aquí en la tierra.
Un llamado a vivir con transparencia.
Ser embajador del Reino de Dios no es un título más, es una gran responsabilidad que Dios ha tomado a bien delegar en nosotros. En ocasiones las personas no cristianas forman su opinión sobre la vida cristiana y sus implicaciones a partir del comportamiento de los creyentes.
Ante esto, debemos de esforzarnos para vivir en transparencia, de modo que nuestra forma de vida concuerde con lo que estamos predicando. Este no es un llamado a la perfección, sino que es un llamado a la transparencia y autenticidad.
Como verdaderos embajadores de Cristo, es necesario que actuemos con integridad, sabiendo que representamos a alguien que es muchísimo mayor que nosotros. Con respecto a esto, la Biblia nos dice:
Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.
Filipenses 2:15
La encomienda de un propósito eterno.
Ser embajadores de Cristo no solo significa que hemos sido escogidos para un gran privilegio divino, sino que fuimos salvados por Dios para esperar el reino de Dios, y mientras lo esperamos debemos manifestarlo en la tierra. En este sentido, cada creyente representa un canal de comunicación por el cual Cristo continúa con su obra de amor, gracia y restauración.
Si somos conscientes del llamado que Dios no ha hecho como embajadores de su reino, lo natural es que nuestras prioridades cambien. Con la comisión de ser Embajadores de Cristo, comprendemos que no estamos llamados a ser simples espectadores dentro del reino de Dios, sino que somos llamados a ser participantes activos en el plan eterno de Dios.
Nuestra forma de vivir debe de inspirar a otros para que deseen reconciliarse con el Señor y así ellos también encuentren el propósito por el cual fueron creados.
Lo que significa ser embajadores de Cristo.
En pocas palabras, ser embajadores de Cristo significa que debemos de representar al Rey de Reyes y Señor de señores con dignidad, amor y fidelidad. Nuestra vida debe de reflejar su mensaje, carácter y no solo eso, sino que debemos de vivir en obediencia a Él.
Ser un representante del reino de los cielos, no es una tarea fácil, pero sin duda, es de las más honorables: Ser la voz de Dios en un mundo que necesita escuchar la verdad de Jesús.
Todos los creyentes hemos sido enviados con un misión clara: Reconciliar a las personas con su Creador. Por tanto, vivamos de tal manera que cuando los demás nos vean, puedan notar un poco del reflejo del amor y la gloria de Cristo en nosotros.
Gracias por llegar hasta el final de esta publicación, dime: ¿Cómo sientes al saber lo que significa que somos embajadores de Cristo? ¿Ya lo sabías? ¿Crees que estás ejerciendo fielmente tu cargo como Embajador de Cristo? ¡Déjame saberlo en los comentarios!
Puedes acceder a mi publicación anterior en el siguiente enlace: ¿Qué dice la Biblia sobre el cielo y el infierno?
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Teólogo, escritor y erudito biblista ampliamente comprometido con la verdad. Fundador y Webmaster de la plataforma digital: Pura Biblia.